Mariángeles Cossar por Antonela Curatola![]() -¿Cómo es tu presente en Boca? -El presente es muy bueno, venimos de salir campeonas del Torneo Metropolitano que hacía dos años que no se daba y fue algo súper positivo. Nos habíamos mal acostumbrado a ganar el Metro para arrancar con todo la Liga y como eso no sucedió en las dos últimas ediciones ahora es como que se disfrutó más porque nos costó, tuvimos bajas durante el año y lo superamos. Nuestro mejor vóley se vio en los Play Off y eso renovó expectativas para lo que sigue. Nosotras siempre tenemos como objetivo llegar a la final, jugar bien y si es posible salir campeonas. -Recordame tu cuenta personal de títulos por favor - Ehhh, no me acuerdo (se ríe con un poco de vergüenza). Sé que las cuatro Ligas que ganó Boca, yo estuve. Y Metropolitanos sinceramente perdí la cuenta, cinco o seis (se vuelve a reír pero, esta vez noto que intenta hacer la cuenta de verdad). - ¿Qué expectativas tienen para esta Liga? - Antes de empezar el nuevo ciclo tuvimos una charla en conjunto y lo primordial es intentar jugar un buen vóley, mejorar día a día en las facetas técnicas y tácticas. Como siempre, a nivel resultados, tenemos una mínima de llegar a la final. Después lógicamente, los objetivos van cambiando de acuerdo al desarrollo del torneo. No es tan sencilla la organización como en un Metropolitano en donde nos conocemos todos; en la Liga hay que jugar tres días seguidos, viajar, adaptarse rápidamente a los rivales que muchas veces no tenemos referencias. - ¿Hay novedades tácticas? - Tanto a fines del año pasado como ahora, estamos trabajando mucho sobre la pelota que no es doble positiva. Nos preparamos para los momentos más complicados en donde por ahí no estamos firmes en el pase o en los contraataques y laburamos sobre eso. Creo que sobre todo en las finales con San Lorenzo, que tiene muy buen saque, supimos mantener cierto porcentaje de rotación para poder ganar. En el tema estadísticas, Gonzalo (Barreiro) nos dio una mano muy grande para saber a qué porcentaje tiene que estar cada fundamento para tener más chances de ser exitosas. Sobre eso basamos los entrenamientos: por ejemplo, un buen porcentaje de rotación para el vóley femenino es un 40% y hacemos ejercicios para conseguirlo. - ¿Y personalmente, qué números tenes que tener para que sea un buen partido? - A mí me piden que en porcentaje de recepción esté igual que la líbero. A las demás puntas les exigen entre 50% y 60% y a mí entre 70% y 80%. En cuanto al ataque cambia la cosa. Se sabe que las puntas recibimos muchas pelotas de contraataque y que por ahí no son las mejores, por eso si tenemos un 40% es un excelente partido pero, en general si pasamos el 30% está bien. - ¿Cuáles son los puntos que más festejas o más te gusta hacer? - Disfruto mucho más de hacer un “manos y afuera” que estallarla contra el piso. Me gustan las pelotas sucias. Me acostumbré a no ser primera salida de ataque, por eso voy más al contra y en los puntos definitorios la quiero más todavía; las pido todas. Me siento satisfecha cuando sé que el punto es largo y logro convertir un tanto clave. - En cuanto a la composición del equipo, ¿en qué notas que sumó más la vuelta de Tatiana Rizzo a Boca? - Tato da mucha tranquilidad. Eso no quiere decir que Sabrina (Torino) lo haya hecho mal, todo lo contrario pero, Tato nos dio un salto de calidad en la recepción más que nada y, lógicamente desde la experiencia aporta mucho. Personalmente a mí me deja tranquila saber que si bien somos tres receptoras en cancha, en cualquier momento podemos dividirnos mitad y mitad. Con ella jugamos muchos años juntas y hasta hemos compartido selección argentina, ya nos entendemos bien. Le tengo mucha confianza en la cancha aunque, yo no sé si ella confía tanto en mí (se ríe). - ¿Qué es Boca para vos? - Boca es muy importante para mí. Pasé casi la mitad de mi vida en el club. Me dio la posibilidad de jugar profesionalmente al deporte que me gusta y también me brindaron la chance de hacer una carrera universitaria en Buenos Aires. Me dio todo, la vida que llevo hoy en día se debe mucho al club: los amigos que tengo por ejemplo. Me hace muy feliz defender la camiseta que amo y es un orgullo muy grande; es un plus que me exige dar todo de mí. - Vos sos un ícono en Boca, ¿lo sentís así? ¿Sentís el apoyo de la gente? - No me siento ícono. Sí me doy cuenta de la responsabilidad que tengo en el equipo y la disfruto, no la sufro para nada, me encanta. En cuanto a la gente, siento mucho el cariño a través de las redes sociales; por ahí no viene tanta gente a ver los partidos, pero en internet nos siguen y nos preguntan cómo nos fue y dejan mensajes alentándonos. Sé que soy importante dentro del equipo y el club pero, no me siento un ícono realmente, sí un referente. Estoy hace 12 años en Boca y siempre defendí los colores a muerte. - Hablando de las redes sociales, sos furor en Twitter, ¿es tu favorita? - Lo que pasa es que Instagram, la red social del momento, ¡no es mi fuerte! (bromea). Me divierte mucho el Twitter porque la gente se desquita y yo la llamo “la red social de los frustrados”. También pasa mucho por el anonimato y las personas se crean un personaje, dicen cosas que en la vida real no las dirían. Está buenísimo porque ves un lado más gracioso y bizarro, si se quiere, de la actualidad. Además, como me encantan las series, me mato a spoilers. - Sé que si pudieras ser un personaje de la ficción por un día elegirías a Hermione de Harry Potter, ¿por qué? - Lógicamente. Soy fanática de Harry Potter, más que eso, obsesiva diría yo. Leí todos los libros en castellano y en inglés, tengo toda la colección y creo que hasta vi las películas unas cien veces al menos. Ya cuando leí los libros de chica, me gustó el personaje de Hermione y siento que es un ejemplo; aparte conforma el mundo Harry Potter. Siempre quise ser ella, obviamente cuando era más chica y desde un lugar inocente. Uno de mis sueños es viajar a Londres y recorrer todos los lugares que tengan que ver con la saga más exitosa de J. K. Rowling. - Volviendo a la realidad, si tuvieras que elegir tres momentos de tu carrera, ¿cuáles serían? - En primer lugar me quedo con mi primera vuelta a las canchas después de una lesión grave. Fue en 2013 que llegué a regresar para la final de la Liga que le ganamos a Vélez. Fue un momento muy importante para mí porque nunca me había lesionado en toda mi carrera y tenía mucha incertidumbre. Lo único que podía hacer era andar en bicicleta y no sabía cómo iba a volver. Pero logré superarlo y la vuelta fue increíble, con campeonato y todo. El segundo momento que elijo tiene que ver con la selección argentina. Primero con el debut y después de la medalla de oro que conseguimos en los ODESUR de Chile en 2014 ya que, el vóley argentino no está acostumbrado a esos logros y fue un momento muy lindo. En cuanto al debut (Chuchu debutó en 2008 con la selección juvenil en el Sudamericano de Perú), me quedo con la sensación de salir por primera vez a defender los colores de nuestra bandera y escuchar el himno que es una experiencia única. Por último, elijo la selección argentina universitaria que, fue una experiencia inolvidable y me sorprendió ampliamente la organización de Taipei 2017, donde realmente fueron unos Juegos Olímpicos convencionales. Aparte me llegó en un momento en el que yo pensaba que mi mundo vóley terminaba con Boca y de repente encontrarme con eso fue hermoso, estoy súper agradecida a Lali (Vincente) y Hugo (Jauregui) que me brindaron esa posibilidad. El bonustrack sería todas mis vueltas después de las lesiones. Fueron momentos muy duros de superar pero siempre logré levantarme y seguir adelante a pesar de todos los malos pronósticos y de la incertidumbre que te genera. - ¿Cómo controlabas tus ganas de querer volver a jugar? - Manejaba mucha ansiedad, aparte de que ya lo soy naturalmente, entonces fue muy complicado. En la primera fue todo nuevo y era medio inconsciente, pero no me preocupaba mucho porque sabía que iba a volver y que ya iba a pasar el tiempo de recuperación. Ya la segunda y tercera fue a pura fuerza de voluntad. Era duro querer entrenar a la par de mis compañeras y no poder. Por suerte siempre tuve a mi hermana en Buenos Aires (Romina Cossar) y me sentí muy contenida en todo momento. Dediqué mucho tiempo a la focalización de la recuperación y además le metía duro al estudio para compensar que una de las dos cosas no estaba pudiendo hacer. Era difícil presentarme en los entrenamientos y/o partidos y no poder hacer nada pero, a la vez me daba fuerza y me repetía a mí misma como un mantra: “Me voy a retirar del vóley cuando yo lo decida y no porque mi cuerpo diga basta”. La última vuelta fue la más traumática porque fue un accidente y si me pongo a pensar en ese momento, todavía me pone mal. - Sos familiera, ¿cómo te acompañan? - Mi familia siempre ocupó un rol muy importante en mi vida porque ellos en ningún momento me cortaron las alas, por decirlo de alguna manera. Ellos siempre me apoyaron y por más que yo era muy chica para venirme a Buenos Aires (16 años), me dejaron decidir qué era lo que quería hacer con mi carrera deportiva. Si bien me habrán extrañado mucho y yo a ellos, entendieron que era un bien para mi vida y que tenía más proyección sobre lo que yo quería hacer. Tanto a Romi como a mí siempre nos apoyaron y acompañaron. La contención de mi hermana acá fue clave y ahora Emi (el marido de Romina) también. Está por nacer Clara, su hija y mi ahijada y eso me hace más que feliz, se agranda la familia. Foto: Sebastián Ariel Díaz |
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