La capitana de “Las Panteras” atraviesa un gran presente y con VolleyAttack decidimos traerte su mejor momento con sus propias palabras. Yas se encuentra en Italia cumpliendo uno de sus mayores sueños pero, tiene más. Fiel a su pasión, nos cuenta cómo encara este nuevo año de selección teniendo por delante el mayor objetivo que es clasificar al Mundial 2018. La “Mamba negra”, como la apodó José Montesano, está recargada de energía y quiere vestir la celeste y blanca por un largo rato más. Dale, leela… - ¿Cómo te preparaste para encarar este año que ya de movida sabías que iba a ser de grandes cambios? - Ya en diciembre/enero habíamos empezado a hablar con Guille (Orduna) del nuevo ciclo olímpico. Él algo me había adelantado sobre los grandes cambios que se avecinaban; tanto en el staff técnico como en la plantilla general de jugadoras. Me habló de darle lugar a las más jóvenes y me preguntó si estaba dispuesta a comenzar este proceso y obviamente le dije que sí. Ni bien terminó la liga en Turquía llegué al CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) con muchas expectativas por todo “lo nuevo”. Al principio el grupo resultó buenísimo, no entiendo bien cómo, porque era prácticamente un grupo nuevo en cuanto al seis titular y se nos vio muy bien en el Master de Montreux principalmente. Después nos atacó un bajón que tampoco sé bien porqué se dio… - ¿A qué atribuís la irregularidad que sufren “Las Panteras”esta temporada? - La verdad que antes del primer torneo (Montreux) no estuve mucho porque volví tarde de Europa entonces, entrenamos juntas dos semanas y ya viajamos. Creo que el grupo humano fue la clave para lograr lo que logramos en Suiza. Incluso ahora, a pesar del mal momento, el grupo está bien y unido,tirando todas para el mismo lado. Creo que en ese primer certamen fuimos sin presiones y a divertirnos, entonces todo resultó más fácil. Éramos el equipo invitado, no teníamos presión y después, cuando encima se dieron los resultados, nos agrandamos, nos hicimos fuertes. Luego vino la Copa Panamericana que fue un fastidio por el lugar (Perú), hubo una intoxicación, algunas lesiones y para colmo no jugamos bien. Ahí el equipo se empezó a caer un poco anímicamente y es una pena porque ahora que logramos tener más difusión y todo el mundo sabe quiénes somos “Las Panteras” es duro no encontrar regularidad y no poder mostrar una mejor versión. Creo que está pesando un poco el hecho de tener la vara más alta y tener que demostrar por qué llegamos hasta acá. Encima nos agarró un año a pura competencia, no paramos. - ¿Cómo se las arreglan para entrenar para el gran objetivo del año que es clasificar al Mundial 2018 si todo el tiempo están viajando y compitiendo? - Todavía no hemos podido entrenar un mes seguido todas juntas.Nos la pasamos de torneo en torneo y es difícil poder entrenar en plena competencia. Eso te obliga a crecer durante los partidos pero, es algo súper complejo de hacer porque no tenés tiempo de probar, todo es por resultados. Entonces de repente perdés tres al hilo y se complica, hay que remarla. La idea ahora es poder entrenar a full entre el final del Sudamericano de Colombia hasta el Premundial. Pero aquí surge otro problema: las que nos vamos a afuera, los clubes ya nos pidieron ir ahora y por disposición de la FIVB te ceden una semana antes de la competencia. Así que las que se puedan quedar, van a entrenar a pleno y las que no, nos juntaremos en los siete días previos al torneo que se disputará en Perú. Es un año totalmente atípico por el poco tiempo que tuvimos para entrenar y por las lesiones: Elina (Rodríguez), Jose (Fernández), Flor (Busquets) y yo. Eso también dificulta al equipo porque 3 de las 4 somos referentes, tanto Jose, como Flor y yo estamos hace rato en la selección y fuimos a los Juegos Olímpicos. - Después de los Juegos Olímpicos imagino que se habrán abierto nuevas puertas: beneficios, televisión, el cariño de la gente, publicidad. ¿Cómo lo vivís? - Sí, después de los Juegos se vieron grandes cambios. Personalmente estoy en contacto con el ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y con el COA (Comité Olímpico Argentino). Estamos en un grupo de atletas que está conformado por los capitanes y/o referentes de cada deporte y una vez por mes –aproximadamente- nos juntamos a comer y cada uno expone lo que necesita. Está bueno porque ahora hay un diálogo más fluido entre las partes. Incluso hasta ha venido a estas comidas Mac Allister y toda la gente que pertenece al ámbito dirigencial siempre está a nuestra disposición y se interesan por mejorar en todo sentido. En lo que concierne a “fama” puedo decir que es un gran presente el que me toca vivir y lo disfruto mucho. Ya después de los Juegos algo se venía gestando y cuando llegué a Argentina me di cuenta de la magnitud de lo que habíamos generado en la gente. Empezamos a salir en todos los medios y ahora nos conocen todos. Laburamos mucho para que esto sea así y está bueno que las personas conozcan lo que hacemos día a día. Después también está lo publicitario que mediante la empresa GPSports tengo acceso a las marcas de ropa o suplementos deportivos que está buenísimo y me divierte. Con AdmitOne habíamos hecho tres días de seis horas de shooting de fotos y videos para la nueva temporada (que ya salió) en la cual también estuvo FacuConte y la verdad que es algo divertidísimo. Una no está acostumbrada al cambio de vestuario, maquillaje y peinado pero lo disfruté mucho, sobre todo las fotos. El video me costó un poco más porque no me salía simular (se ríe). - ¿Cómo es un día de Yas? Entre estudio, entrenamiento, alimentación fit… - Hice un cambio muy fuerte en la alimentación, hace ya cuatro años. Mi marido (Pablo Griboff) es preparador físico y además es muy estudioso del tema en cuanto a todo lo que rodea el cuerpo del deportista. Entonces, en un momento él me hizo hacer un test de intolerancia a los alimentos y ahí salió que soy intolerante al gluten y a la lactosa. A partir de ahí empezamos a modificar la dieta, dejé el gluten y todo tipo de leche. También comenzamos a informarnos sobre el tema y poco a poco hice un cambio radical en la comida y eso incidió directamente sobre el entrenamiento y el juego. Me siento mucho más fuerte y ágil, perdí mucha grasa y peso. Incluso vi los cambios en pruebas que hicimos antes y después de la dieta en donde se ve que salto más y tengo más potencia y velocidad. Fue un cambio grandísimo, además si hablamos de lesiones, ¡cero! Nunca más. En cuanto al día de yas: empieza siempre con mates, temprano. Por lo menos dos horas antes de la actividad física, lo acompaño con yogur griego y avena. Después entreno y cuando salgo ingiero algo de suplementación, llamese barrita de proteínas o wheyprotein. Para el almuerzo pocos carbohidratos y mucho pescado o pollo con ensalada. A la tarde viene mi momento preferido del día, ¡la siesta! (se ríe) que es sagrada, no se toca. Cuando me levanto entreno otra vez y previamente me tomo unos mates acompañados de algunos frutos secos. Luego ya me baño tranquila y pienso en la cena que casi siempre es similar al almuerzo en cuanto a nutrientes. También entre un entrenamiento y otro estudio aunque sea un rato (N de R: Yas estudia licenciatura en turismo y hotelería a distancia) porque trato de meter materias a full cuando estoy acá en Argentina. - ¿Y el marido? Y Pablo está siempre al lado, me acompaña en todo, hace lo mismo que yo. Lo tengo gluten free, a mates… (se ríe). Ahora nos separamos porque él se fue a Turquía a trabajar, es el preparador físico de uno de los mejores equipos de Europa. Esta temporada vamos a estar lejos, después de 8 años de compartir absolutamente todo, no va a ser fácil. Pero le buscaremos la forma. - Contrato con el Pesaro: ¿Por qué era un sueño jugar en Italia? ¿Cuál es la sensación ahora que lo estás cumpliendo? Y ¿Qué expectativas tenés para esta temporada? - Estoy muy feliz con el contrato. Era un sueño porque cuando yo arranqué con todo el mundo selección y tomé dimensión de las cosas que se podían lograr, la liga italiana era lo máximo y Carolina Costagrande jugaba ahí. En esa época miraba todos los partidos que podía porque era donde estaban realmente las mejores jugadoras del mundo. Entonces yo soñaba con eso y me decía a mí misma casi como un mantra “algún día yo voy a estar ahí”. Pero bueno, se fueron dando las temporadas en Europa pero, Italia no llegaba. Después encima, por la crisis económica que hubo en el medio, el nivel bajó y por eso me fui a las ligas francesa, alemana, turca… Por eso Italia era mi materia pendiente, pero yo sabía que en algún momento se me iba a dar, hasta estudiaba el idioma -italiano-. Y el contrato se dio justo cuando llegamos de Montreux, aterrizamos a las 6 de la mañana y cuando prendo el celular tenía un whatsapp de mi manager que decía “te quiere Pesaro”. Y yo inmediatamente le dije “decileque sí, vos ya sabes lo que quiero”. Habíamos llegado a las 6 y a la 1 del mediodía ya estaba firmando el contrato, fue rapidísimo. Al toque me escribió la gente de allá, hasta la presidenta del club diciéndome que estaban muy felices de contar conmigo este año, que habían tenido buenas experiencias con Caro, etc. Eso me dio muchas expectativas porque me agarra en un gran momento de mi carrera, era lo que siempre quise y soñaba y acá está. Tengo un cosquilleo constante por las ganas que tengo de que se dé esto, eso no me sucede siempre, la última vez fue cuando estábamos viajando a Rio y eso es lo que me da la pauta de que lo estoy disfrutando a full y cumpliendo otro gran sueño. - En cuánto a selección argentina: ¿hay yas para rato? - Ojalá que sí. Mientras me dé, yo quiero seguir estando. Este año yo hice un cambio personal importante. Después de clasificar a los Juegos Olímpicos empecé a disfrutar muchísimo más de la selección. Logré relajarme y sólo disfrutar de lo que estoy viviendo, ya cumplí lo máximo a lo que puede llegar un deportista y no hay un techo más. Por eso es que me alegro por cada entrenamiento y torneo que pasa, no tengo que pelear ni amargarme más por cumplir ese gran sueño. Se vio sobre todo en Montreux, me reía todo el tiempo, estaba bien, me sentía bien. Hoy en día por el grupo humano que se formó y por la proyección que tiene el equipo me gustaría estar un tiempo más. Claro que ya soy de las más grandes y todo dependerá del entrenador de turno pero, quiero dejar mi marca. Hablo de estar y ser un ejemplo para las más chicas: desde cómo se deben comportar, cómo comer, cuándo descansar hasta en lo técnico-táctico. Me quiero ir de la mejor manera cuando me toque hacerlo. Y la mejor manera es, irme sabiendo que la selección está mejor de lo que yo la encontré. Ese es mi gran objetivo con la celeste y blanca. - Pensando en un futuro retiro, ¿dónde te gustaría que fuera? - Quisiera retirarme bien. De por medio quiero ser mamá. Siempre había dicho que el día que jugara un Juego Olímpico iba a serlo pero, se dio el contrato en Italia y con Pablo decidimos retrasarlo. Quisiera ser madre y volver a jugar, mi sueño es que mi hijo/a me vea jugar. Ni hablar que me gustaría que fuera en la selección pero, ya se verá. Después, me volvería a Córdoba. Ese es mi lugar en el mundo. También me gustaría devolverle a mi club, Banco Nación, todo lo que me dio en mi juventud. - ¿Te gustaría ser entrenadora? - No. Para nada. Creo que el día que me retire va a ser porque ya me quedé vacía de vóley y no quisiera que mi vida sea igual a ahora pero desde otro lado. Me gustaría dedicarme a otras cosas. Quizás siga ligada al deporte pero no al 100% como lo estoy ahora. |
Categorías
Todos
|