por José Benini![]() Muchos de nosotros comenzamos a trabajar como entrenadores en la etapa de “Escuelita” etapa de iniciación por excelencia y su fase de competencia que es el minivoley o deporte reducido, en sus formatos desde 2 vs 2, 3 vs 3 y 4 vs 4. En esta etapa nos encontramos con niños que comienzan de manera espontánea y otros a los que invitamos a participar, proponiéndoles una serie de ejercicios y juegos que no solo estimulen su acervo motor sino también que los introduzca en el maravilloso mundo del deporte. Cada uno de nosotros se pone a prueba en cada clase o en cada entrenamiento, con una multitud de niños desesperados por moverse y tratar de pegarle a la pelota.Algunos más técnicos , puristas, harán ejercicios técnicos analíticos para que sus “mini jugadores”, golpeen bien la pelota y abracen el modelo técnico que tiene su entrenador en mente. Otros irán al jugar por jugar, tirando la pelota por encima de la red y atrapandola del otro lado.Otros aplicarán el voley circular, para generar más movimiento y el aprendizaje no sean tan pasivo, otros aplicar el “monster block” nueva tendencia argentina en el desarrollo del minivoley. Los métodos son variados y no hay una sola “escuela”. Últimamente en el voley metropolitano, he hablado con entrenadores que me dicen que la competencia de minivoley es de baja calidad,que juegan poco,que es aburrido, que no debe jugarse en la Tira ( fines de semana donde se juegan todas las categorías formativas) que para los padres es una pérdida de tiempo, que es costoso, etc. en fin todas esas cosas me hicieron reflexionar acerca de la importancia de los entrenadores ( profesores de educación física ,estudiantes ,jugadores o ex jugadores)de esas etapas y que si nuestra mirada tiene que ver con este último párrafo ( baja calidad,aburrido, costoso, ,etc) debemos de manera urgente revisar nuestras creencias con respecto a “que es ser un entrenador “ En primer lugar entender el minivoley y la escuela como la base de la pirámide donde generalmente todo comienza, muchos niños comienzan aquí ,seguramente en el camino de la base a la cúspide, las categorías superiores,se suman algunos a otras edades y también otros abandonan ... mientras tanto los que continúan se educan en la cultura deportiva, están contenidos, se los orienta con la alimentación, se los acompaña y ayuda en su desarrollo físico y motor así también como se los encamina en un viaje de la construcción del equipo, la solidaridad,la tolerancia, la auto superación y el desarrollo de la inteligencia emocional entre otras cosas. Muchas veces el formato de la competencia no es el adecuado, pero analizando otros deportes también encontramos que en edades de 10, 11 y 12 años también tienen una competencia semanal de aproximadamente una hora de duración y los padres llevan a sus hijos. ( fútbol,basket,hockey,etc) Nuestro deber sino una obligación es tener cantidad de niños en la fase formativa. Sabemos que no siempre de la cantidad llega la calidad, pero si no sumamos adeptos a nuestro deporte pueden suceder al menos dos cosas, la primera es que busquen otro deporte, la segunda es que no hagan más deporte.Seguramente hay obstáculos, horario de gimnasio, cantidad de materiales,costos de la actividad, dificultad de captación, bajo salario de los profesores, que los padres a esas edades tienen que llevar a sus hijos al club,etc. Todos tenemos una habilidad excepcional para encontrar obstáculos y muchas veces quedarnos en la queja y no actuar en consecuencia.Con toda esta problemática, debemos aún con más perseverancia hacer nuestras clases más divertidas, atractivas,instructivas, donde los niños aprendan y se diviertan, donde los padres puedan observar, que más allá de que su hijo sea el mejor jugador, el club sea el lugar donde está contento, aprende y todos los días se les presenta un nuevo desafío. Y donde los únicos resultados deportivos buscados sean la diversión y el aprendizaje. Una de las cosas que consideramos más importantes es que el nivel de entrenamiento no equivale a un gran dominio del mismo.Existe una tendencia muy marcada a mirar a los entrenadores de los equipos nacionales más importantes, a los clubes profesionales más destacados, o a los programas universitarios que son potencias y decir que son lo mejor de lo mejor.” “ Hay una tendencia a pensar que entrenar a un equipo de chicos menores de 18 años conlleva una mejor posición que entrenar un equipo de menores de 12 años porque estarías trabajando con mejores jugadores” ( John Forman, Mark Lebedew , Magos del Entrenamiento) Para los entrenadores jóvenes que comienzan en esas categorías,el desafío consiste en desarrollarse como líderes, en aprender sus primeras herramientas en el arte de la enseñanza, los tiempos de aprendizaje de los jóvenes jugadores, de las técnicas y tácticas de juego. Deben contactarse con la pasión , con esa chispa que los lleva a querer enseñar, con esa fibra íntima que los llevó a amar el voley, con ese deseo de ser aprendices de forma permanente, con ese líder que, posiblemente los motivó a ser entrenadores hoy... Los entrenadores de las categorías de base, en particular los entrenadores de minivoley son parte fundamental de la estructura del deporte.
Deben tener conocimientos claros sobre: Motricidad, fundamentalmente saber cómo estimular y desarrollar la coordinación, la agilidad y diferentes tipos de habilidades para que los niños puedan resolver situaciones cada vez más complejas Desarrollo evolutivo Estadios de la psicología de esa etapa ( 9/12 años) Juegos que estimulen diferentes habilidades técnicas, pueden estar enseñadas de maneras indirectas o directas, pero lo que esta bien enseñado y aprendido es garantía de éxito. Tácticas, plantear diferentes formas de resolver situaciones de juego Neurociencias Métodos , buscar diferentes formas de enseñar con principios básicos , de lo fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo... Métodos de captación ( el reclutamiento de “ futuros jugadores” , por biotipo, por calidad de fibras, etc) Podemos tener diferentes miradas en muchos aspectos pero entender este principio es vital para el crecimiento del voley. Como última reflexión conocer el momento preciso de la iniciación deportiva específica para incorporar más practicantes a nuestro deporte, hacer de cada clase en la escuelita de voley un cúmulo de desafíos donde los niños puedan desarrollar sus capacidades coordinativas, experimentar desde lanzamientos con la pelota hasta diferentes golpes, donde el juego sea el método por excelencia y la diversión sea la cuota de cada día. Un niño que se divierte es un niño que se compromete, que compromete a sus padres, porque va a una actividad donde juega, aprende y disfruta pero que por sobre todo lo hace felíz. |
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