Personaje conocido para nuestro querido vóley. Viene de salir campeón de la Liga Argentina por primera vez en su carrera, a los 35 años. Le dicen “Enano”… ¡Basta de pistas! es el flamante líbero de la selección argentina y de las “Águilas”: Alexis González. Humilde por naturaleza, tanto es así que le costó acostumbrarse a viajar como rico. Padre de familia. Buena onda con los chicos. Fanático de este deporte, como muchos de nuestros lectores. En esta edición, te acercamos su palabra: cuenta cómo resultó la Liga, las obligaciones que tiene, sus experiencias personales en el extranjero, el año con la selección, sus ídolos y algo de lo que piensa para su futuro. -Después de tres Ligas consecutivas con Bolívar, finalmente pudiste consagrarte campeón, ¿cómo lo viviste? Aparte fuiste el mejor líbero del torneo. -Fue un orgullo enorme. Desde lo personal porque nunca había ganado una Liga Argentina aunque tampoco jugué demasiadas. Y en cuanto a lo grupal porque veníamos de dos años seguidos de llegar al quinto partido y perderla. En su momento fue terrible pero, este año se dio. Aparte también pasó que se armó un grupo nuevo, hay muchos chicos que vinieron este año a Bolívar y ya pudieron tener una medalla de oro y eso está buenísimo. Pero para los que estuvimos en las tres finales, esta la vivimos distinto, fueron muy duras las que perdimos porque se escaparon a último momento. “Acá se viene a ganar, salir segundo no existe”. Así que todos los jugadores que vamos tenemos puesta esa mochila, el que dice que no siente presión, miente. -Y el agregado de tener la posibilidad de cerrar de local, porque las dos últimas les tocó definir en San Juan. Sí, la idea siempre fue salir campeón, donde sea. Se nos dio, por suerte, la chance de terminar en casa. Jugamos un gran partido, todo el equipo jugó buen vóley. Eso me puso y me pone contento. -Además alternaron muy buenos momentos durante la temporada, ¿cómo evalúas al equipo durante estos 8 meses? -El equipo de este año fue muy irregular. No jugamos bien la Liga, tanto la Copa Master como la ACLAV las perdimos. Lomas nos había ganado todos los partidos, después lo pudimos revertir durante la serie de semifinales. En el Mundial de clubes nos fue muy bien, se nos escapó el podio por muy poco, perdimos 15-13 el tie-break. Y en el Sudamericano fuimos a buscar lo que finalmente se nos dio que fue llegar a la final, después fuimos superados por el mejor equipo del mundo, el Sada Cruzeiro. -En la entrevista anterior, Javier Weber hablaba de que ustedes tenían la obligación de salir campeones, que todo lo que no fuera ser el uno, era un fracaso. ¿Cómo convivís con esa presión? -En Bolívar desde el día uno te dicen: “Acá se viene a ganar, salir segundo no existe”. Así que todos los jugadores que vamos tenemos puesta esa mochila, el que dice que no siente presión, miente. " A veces me pasa que no me desenchufo del vóley. De repente sucede que estoy con la liga en Bolívar y me veo un partido de la liga italiana, sigo a jugadores "... Vos perdés un partido con la celeste y después la semana es terrible, no es que pasa desapercibido. Pero bueno, creo que supimos manejar bien esos momentos claves y llegamos al quinto partido y lo ganamos. Se cumplió el objetivo. l -¿Se entrena la convivencia con la presión? -Sí, eso siempre está. En los globales muchas veces el equipo titular va perdiendo y hay que darlo vuelta. Pero el hecho de la presión ya de por sí está implícito porque estar en ese grupo ya es cargar con la obligación de ganar. Tanto en Bolívar como en UPCN, los jugadores tenemos que estar dispuestos y preparados para todo para salir campeón. Es algo que se va armando cada uno, si siempre estás en equipos de primer nivel, llega un momento en que es natural. Igualmente presión hay en todos lados, los de arriba porque tiene que ganar y los de media tabla para abajo porque tienen que pelear para entrar a los playoffs. -Pasaste por las ligas española, francesa y rusa ¿se siente más o menos obligación estar en Argentina? -Creo, por las experiencias personales, que afuera es más difícil. Tenés que rendir o rendir, sino contratan a un nacional. Cuando el equipo pierde, los medios atacan contra los refuerzos. Sos el principal responsable de que las cosas no salgan como esperaban. Por eso uno tiene que aprender a convivir con eso. Acá en Argentina uno trata de demostrar porqué está en tal equipo. -¿Cómo te llevas con los doble turno permanentes a los 35 años? -Ya estoy acostumbrado. Desde chico con la selección y después con los equipos punteros se entrena doble turno. Es difícil, pero si uno se cuida, descansa lo más que pueda y se alimenta bien, se logra. Más ahora, a los 35 años. Aparte está la vida personal, mis hijos, la familia. No es fácil mediar con eso porque cuando llegas de jugar no es como cuando uno es joven y llegas a casa y te tiras a mirar la televisión. Pero todo es costumbre y hábitos, y ahora ya lo voy manejando tranquilo. - ¿Te gusta mirar videos de vóley , de partidos propios o de otros jugadores, estadísticas, etc.? -Sí, soy fanático. A veces me pasa que no me desenchufo del vóley. De repente sucede que estoy con la liga en Bolívar y me veo un partido de la liga italiana, sigo a jugadores; o ahora que transmitieron la final entre el Trentino y el Macerata, la vi toda; la final brasileña también. Soy realmente un apasionado de este deporte. Quizás algunos dirán que juego por la plata, y la verdad es que no. Obviamente es mi laburo, o al menos yo me lo tomo así, pero la pasión siempre está. El día que eso no esté más, dejo de jugar. - ¿Sos de ir pispeando las estadísticas cuando salís por el central? -Las personales no mucho, uno ya sabe y se da cuenta más o menos cómo está jugando. Pero si trato de hablar y fijarme de poder ayudar a mis compañeros, qué información le puedo dar a los delanteros sobre cómo está parada la defensa rival por ejemplo. -¿Pensas ser entrenador el día de mañana? -Sí, me encantaría. Más que nada porque podría sacarle provecho en el sentido de que disfruto estar todo el día con el vóley. A veces me pongo medio denso pero me gusta mirar videos, estadísticas, seguir jugadores, etc. Creo que empezaría por los chicos chicos, aparte suelo llevarme bien con ellos; por ejemplo cuando terminan los partidos en Bolívar y entran los nenes a la cancha yo me pongo a pelotear con ellos. Después, obviamente a medida que van creciendo, a los de 18 años ya uno le puede ir inculcando más vóley, transmitir más experiencia. -¿A quién tenías de ídolo cuando eras chico? -Siempre de chico admiré a Hubert Henno, un francés que hasta el día de hoy sigue jugando, él siempre fue mi ídolo. Obviamente sumo a Pablo Meana que, fue mi referente, lo tenía arriba y siempre lo miraba. También Stefano Antiga que, tuve la suerte de compartir tres años con él. Es más, al día de hoy seguimos en contacto. Son tipos de jugadores que por ahí no son súper estrellas pero, son distintos. -¿Cómo viene el año con la selección? -Bastante cargado. Empezamos con la World League: Rusia, Irán y Córdoba los tres primeros weekends. Luego seguimos con el Sudamericano y por último tendríamos el pre-mundial. Así que el 2017 se viene largo. Me encantaría ser entrenador. Más que nada porque podría sacarle provecho en el sentido de que disfruto estar todo el día con el vóley. -Por edad y trayectoria sos referente de grupo tanto en Bolívar como en la selección, ¿cómo es tu relación con los más chicos? -Con los que se puede hablar y te escuchan trato de trasmitir mis vivencias personales. No sé si está bien lo que hice durante mi carrera o no pero, la realidad es que tengo 35 años y sigo jugando. Tengo la suerte de seguir en el alto nivel, estar en buenos equipos; digo esto porque capaz otros tipos a los 35 están jugando en equipos de bajo rendimiento o retirados por lesión. Por eso siempre trato de contar mi experiencia, los jugadores que tuve al lado, las herramientas que me fueron dando. En fin, intento ayudar a los más chicos, decirles lo que está bien o mal, lo que hago o no hago, lo que como y no como. Todo siempre con buena onda. -Si tuvieras que elegir tres momentos de tu carrera, ¿cuáles serían? -Por rendimiento, sin dudas, el año que fui a Rusia (Dynamo Moscú temporada 2008-2009). Ese año viví cosas que en otro lado no las hubiera vivido jamás. Cosas que pensaba que no existían en el vóley, por ejemplo: arranca el torneo, nos llevan al aeropuerto en el micro del club y yo veo que no paramos en la puerta principal y seguimos, pensaba que se había pasado de largo, pero no. Resulta que nos llevó hasta el avión, teníamos un avión privado. El Dynamo tenía esas cosas, me costó acostumbrarme, los tipos llevaban vida de futbolistas. Los jugadores salían a la calle y era un reconocimiento constante. Yo venía de Mallorca (España), buen club y todo, pero nada que ver. También recuerdo que las primeras semanas de entrenamiento, tuve que entrenar con los juveniles porque varios de los mayores estaban en los Juegos Olímpicos de Beijing y, los pibes ya eran re picantes. . Otro de los momentos que elijo son mis primeros Juegos (Londres 2012). Fue el sueño de mi vida y lo pude lograr recién a los 31 años. Me resulto difícil porque había jugado de todo: Mundial, Sudamericano, Liga Mundial, etc. Pero me faltaban los juegos. Y cuando fuimos nos encontramos con un torneo medio raro, nuestro equipo era muy joven, muchos pibes. No es que fuimos de paseo pero era como que íbamos a jugar algo lindo y nada más. -El tercer momento que elijo es el 2016. Yo pensaba que no volvía más a la selecciónporque habían pasado ciertas cosas y yo ya no tenía ganas de estar así, soy grande. Después se dio que Julio (Velasco) me llamó, me preguntó si quería estar, le dije que tenía ganas y llegó Río. Fue un plus en mi carrera porque logramos jugar un gran vóley. ejemplo. -¿Pensas en el retiro? -A veces se me viene a la cabeza. Estoy grande y muchas veces resulta cansador el ritmo que llevo. El hecho de estar en Bolívar a 320 km de mi familia hace que me pierda cosas, los chicos crecen. Durante el año de selección lo mismo. Pero bueno, esto me apasiona y por ahora pienso seguir hasta donde dé. -¿Cómo es un día de Alexis González? -Ahora llevar los nenes al colegio al mañana, salgo 7.15 hs de casa y después ya me vengo al CeNARD, entrenamos todo el día y pego la vuelta después de las 17 hs. Cuando llego mi nene ya me está esperado para jugar al vóley, al fútbol, o algo, siempre tiene la máxima energía. Después cenamos, hablamos de las cosas que pasaron durante el día y nos acostamos temprano porque al otro día ya se arranca de nuevo. Cuando tenemos un fin de semana libre, aprovechamos para salir en familia y tratamos que sea ligado al deporte, jugamos a diferentes cosas.
|
Categorías
Todos
|