PROFESOR JOSÉ FOTIA![]() Enseñar voleibol es un proceso complejo, con progresiones mensurables y objetivos variables, según avanza el aprendizaje de los jugadores. Este camino hacia un grado cada vez mayor de habilidad y en consecuencia del pensamiento táctico, presenta diferentes momentos, fases con avances y retrocesos, con características propias pero irreversibles. En general, tres etapas son reconocidas y calificadas en la literatura: Inicial o cognitiva, intermedia o práctica y avanzada o de automatización. Analizaremos en este trabajo las características principales de la fase intermedia del aprendizaje, intentando esbozar un modelo estructural de enseñanza del voleibol. La primera etapa en el aprendizaje del voleibol, la etapa inicial (de “Coordinación Global” según Meinel y Schnabel, de “Exploración” según Jean Le Boulch y de “Orientación – Investigación” según Claud Bayer) es la que comienza a transitar el niño o la niña cuando llega por primera vez a un gimnasio. Tiene como objetivos principales: - comprender el voleibol jugando, - adquirir de manera global y simplificada las técnicas indispensables para poder jugar, - entusiasmarse con el voley. Es el momento del minivoley, no entendido como un deporte en sí mismo – lo que debería urgentemente ser revisado por las federaciones-, sino como un conjunto de juegos con base en el voleibol, modificados1 libremente según los grupos. Podríamos hablar de 9/10 a 12/13 años. LA FASE INTERMEDIA Ante un proceso de desarrollo normalmente secuenciado, es una etapa que comprende a adolescentes, - sub.14, sub.16 y sub.18. El avance del pensamiento (del concreto de la primera etapa al formal adolescente), promueve que el querer jugar “bien” gane terreno respecto a la fase anterior. La motivación para mejorar y corregir el modelo técnico, está dada por la necesidad de apropiación de un cierto grado de habilidad técnica para poder jugar “como los mayores”. Esta fase apunta a lograr que técnicas y acciones tácticas armoniosas y precisas, con el objetivo de lograr la transferencia al partido. Es la etapa del desarrollo técnico, apoyado en un trabajo de comprensión del voleibol en la etapa del minivoley. “Las estructuras a aprender en esta fase sólo serán significativas para el alumno si corresponden a su vivencia, a su grado de maduración y a sus motivaciones presentes”2 1 Para ampliar sobre juegos modificados se puede leer: Méndez Giménez A., “Diseño e intencionalidad de los juegos modificados de cancha dividida y muro”. Disponible en www. efdeportes.com ASPECTOS PRINCIPALES DEL SEGUNDO MOMENTO EN EL APRENDIZAJE DEL VOLEIBOL 1- El rol de las informaciones. Las que el jugador obtiene de su propia práctica o aquellas dadas por el entrenador. Todas ellas están destinadas al mejoramiento de la representación de los movimientos, porque ninguna ejecución puede ser cualitativamente mejor que su representación mental. ¿Cómo informar de manera relevante e individualizada, sin “sacar el manual” cuando hablamos?: utilizando “frases claves” o informaciones concisas para: • resumir la información. • reducir palabras. • captar los elementos más importantes de una habilidad o de una táctica. • informar con palabras fáciles de memorizar.3 En la primera fase dominaba la información sobre el resultado de las acciones (y por ello los métodos analíticos no deberían ocupar el tiempo de entrenamiento). En esta se perciben los resultados sobre la ejecución misma, por lo cual la sensibilización se convierte en un recurso valioso para que el alumno construya “un sentido del cuerpo y del movimiento”. Son imprescindibles a tal fin los medios auxiliares, como por ejemplo: - pelotas lastradas para el golpe de manos altas, - la oposición de un compañero en el apoyo de la pelota para el aprendizaje del golpe de manos bajas. - los planos inclinados para entrenar el desplazamiento y el pie de freno en el bloqueo. TÉCNICA Y TÁCTICA: HERMANAS SIAMESAS Un aspecto central en esta fase es lograr, que técnica y táctica evolucionen simultáneamente: ya que una perfecciona y se vale de la otra4. La táctica se identifica con dos objetivos: atacar y defender. La técnica en el voleibol con, golpear, desplazar, frenar, acelerar, etc. ¿Cuál es la relación entre técnica y táctica?: para cada situación táctica (como rematar) puede haber diversas técnicas. Golpear con desvíos amplía el “horizonte” táctico: puedo leer la situación de un bloqueo bien armado, pero no tener el golpe a la paralela para explorar las manos del bloqueador lateral. Entonces, el acento debe estar en entrenar el gesto técnico en situación de juego. El corazón del entrenamiento debe ocuparlo el método global, sin abandonar los trabajos analíticos y sintéticos. Suena muy bien el “aprender voleibol por el juego”, pero … se juega con lo aprendido! Las técnicas necesarias para poder jugar se aprenden en situaciones analíticas y sintéticas, y se entrenan y comprenden en situaciones globales. Es importante entender que el voleibol constituye un sistema: cualquier elemento de la estructura tiene valor sólo en relación con los demás, (objetivos, reglas, técnicas, estrategias, tácticas, gasto energético). La teoría clásica del entrenamiento trabajaba sobre una base técnica-analítica. Poco a poco fue abriéndose camino la idea de analizarlo y entrenarlo desde la visión de sistema de elementos que interactúan dinámicamente. “En la fase de punto, el sistema de punto (e insisto con la idea de sistema), consiste en: Saque – bloqueo – defensa – contraataque – cobertura - contraataque de la cobertura, pero es un sistema, lo que quiere decir que hay una interdependencia entre el saque y el bloqueo, entre el bloqueo y la defensa, etc.…, y todavía más que en el cambio de saque, justamente porque el cambio de saque es más fácil”.5 LA VARIABILIDAD DE LA PRÁCTICA La variabilidad de la práctica es el elemento más investigado de la Teoría del Esquema Motor. Aclaremos el concepto: si aceptamos con Schdmidt, que el aprendizaje del jugador de voleibol depende del almacenamiento de clases particulares de movimientos (por ejemplo, saltos seguidos de golpes a la pelota) y no de situaciones específicas, si nuestros jugadores repiten una y otra vez situaciones idénticas no hay aprendizaje. Si las situaciones de enseñanza son variadas, los alumnos percibirán las relaciones entre cada una de dichas situaciones. En el transcurso de esta fase, el movimiento debe ser ejecutado en condiciones de variabilidad crecientes. La variabilidad de la práctica – siempre con una finalidad que apunte al objetivo perseguido – promueve saberes y sensaciones, y posibilita estimular suficientemente la plasticidad de nuestro complejo sistema motor, y evitar el amaestramiento6. Sabemos que la repetición constituye un proceso indispensable en el aprendizaje del voleibol –en el aprendizaje motor-, pero debemos lograr escapar de la constitución de estereotipos rígidos y para ello habrá que variar al máximo las ejercitaciones. ¿Cuáles son las posibilidades en el planteo de los ejercicios en el voleibol? • Practica en bloques: el jugador repite un número determinado de veces la misma tarea. Ejemplo: golpear durante 15 minutos con golpe de manos bajas desde una posición del fondo de la cancha hacia un cesto colgado en la red, una pelota que viene desde la cancha contraria. • Variabilidad predeterminada: se proponen ejercicios diferentes pero se quita la incertidumbre en la secuencia. Durante 3 entrenamientos consecutivos se ejercitaran los ejercicios de golpe 2, 4, 6, 8 y 10. • Práctica variable al azar: planificamos 15 ejercicios de golpe de manos bajas en recepción, y en cada entrenamiento se proponen 5 ejercicios al azar. El jugador no sabe la tarea que deberá cumplir. Esta última forma de organizar la práctica, que plantea interferencia entre tareas o “interferencia contextual” (cuando el jugador encuentra la solución interferimos en el ejercicio para que deba buscar una nueva respuesta), es un descubrimiento llamativo que subraya el papel de la práctica al azar en relación a la retención y a la transferencia respecto a la práctica en bloques. Las conclusiones de las investigaciones son que, cuanto mas variadas son las experiencias relativas a un programa motor específico, tanto más será posible consolidar el esquema de acción. La práctica variable y la interferencia contextual logran aprendizajes con gran capacidad de retención a mediano y largo plazo (el objetivo del entrenamiento de voleibol con jóvenes). Para el corto plazo (que debería ser preocupación en otras etapas, como por ejemplo para lograr corregir un problema de ataque para el partido del fin de semana), la práctica constante es la indicada. ¿Qué es lo que se debe variar?: En el voleibol, el jugador interactúa con los adversarios, los compañeros, la pelota y con sí mismo, por lo tanto consideramos que la variabilidad debe ser planificada de acuerdo a esos parámetros de la situación. Tomemos el ejemplo del remate. Para nosotros una parte de la variación debería centrarse en: - los adversarios: jugar 1 vs 2, 3 vs.4; rematar ante 1, 2 o 3 bloqueos; enfrentando diferentes formaciones defensivas; ante bloqueos bajos; ante bloqueos altos; “explorando” las manos hacia fuera; “explorando las manos” hacia atrás; etc. - los compañeros: rematar desde el armado que viene levantado desde diferentes posiciones; desde el armado de un jugador no levantador; re-jugar para recuperar; etc. - la pelota: rematar con diferentes trayectorias; a diferentes zonas de la cancha; con diferentes velocidades; con diferentes efectos; levantadas cercanas a la red; levantadas lejanas de la red; atacar pelotas que vienen girando; con diferentes velocidades; con diferentes trayectorias; etc. - si mismo: rematar desde las 6 posiciones; en estado de fatiga; luego de una acción anterior (defensa); luego de una acción posterior (bloqueo); desde las 3 posiciones delanteras; desde las 3 zagueras; con salto; sin salto; con carrera; sin carrera; con carrera de 1, 2, 3 o más pasos; etc. 2 Le Boulch J. Ibídem 3 Fotia J. La Comunicación en el Voleibol. www.rfevb.com 4 Avalle S. Considerazioni sulla tattica. Disponible en www.fipav.it 5 Velasco J., Curso de Entrenadores Serie B1 (1996). 6 Bayer C. (1986). La enseñanza de los Juegos Deportivos Colectivos. Hispano Europea. CONCLUSIONES DEL SEGUNDO MOMENTO El objetivo principal de este segundo momento en la enseñanza del voleibol es alcanzar un grado de habilidad técnica individual, en el sentido del “saber hacer”, logrando progresivamente las mejores soluciones a los problemas que el juego plantea. Así, cuando los entrenamientos se organizan apropiadamente no promueven repetir las soluciones ni únicamente el gesto técnico en situaciones analíticas. “Se deberán requerir repeticiones no mecánicas, para permitir el nacimiento y desarrollo de una mentalidad táctica, sustrato indispensable de la futura ejecución de técnicas particulares, o de adaptación de técnicas requeridas de improviso. Por ejemplo, vemos a muchísimos jugadores y jugadoras no estar en condiciones de adaptarse a lo que un adversario hace repetidamente”7 Más que en las otras etapas la motivación influencia el esfuerzo y la calidad de la actuación: la metodología y planificación del entrenamiento, las tareas de dificultad óptima8, desafiantes pero posibles, el respeto por los jugadores, un ambiente positivo y constructivo, y una comunicación efectiva9, son los principios motivadores que los entrenadores debemos utilizar para optimizar el rendimiento. Debemos pensar en propuestas de entrenamiento que no lleven a los jóvenes jugadores a hacer evaluaciones negativas de su habilidad. Hace sólo unos años atrás (en ocasiones también en nuestros días), se pensaba que ser hábil en el voleibol era poseer una técnica perfecta. El aprendizaje era considerado un aprendizaje de movimientos. Hoy el centro de interés está puesto en el entrenamiento del “sistema voleibol”: no es considerado hábil un jugador que posea una técnica perfecta, pero ineficaz. Un levantador será considerado incompetente si posee un golpe de manos altas de gran calidad, pero incapaz de posibilitar a sus atacantes que marquen puntos. Como dice Velasco: “Hace algunos años cuando yo comencé a jugar, un entrenamiento era organizado como una entrada en calor: golpe de manos altas durante mucho tiempo, corrigiendo y analizando la técnica; después ataque y defensa; luego dos filas de atacantes y al fin uno o dos sets de entrenamiento… después hubo una segunda fase, en la cual se comenzó a recrear situaciones más similares al juego, pero no iguales: los famosos drills. En vez de golpear sobre la cabeza se golpeaba en triángulo ….. porque después de haber hecho una determinada técnica debo necesariamente hacer otra, porque en el voley son correlativas unas de las otras: saco y después defiendo o recibo o armo. Pero en el voley después de sacar no se recibe o se arma. Por ejemplo la triangulación del armado de 6 a 2, de 2 a 4 y de 4 a 6 corriendo y cambiándose de lugar es un ejercicio que hemos hecho muchos, parecido pero no igual al juego porque en el juego no se arma así. Ahora hay una tercera fase, donde se recrea la situación tal y cual es durante el juego: los famosos 6 contra 6. Pero la idea es aquella vieja: entreno la técnica y después el equipo. Pero esta propuesta de entrenar partiendo de 6 vs. 6 no es para entrenar el equipo, sino para entrenar la técnica individual, de modo analítico en una situación global, tal aquella del juego”. 10 En mi consideración, la segunda fase tiene a su vez dos etapas, (lógicamente a transitar según las características individuales de los jugadores): En la primera, refiriéndome a los sub 14 y primer años de sub. 16, los contenidos deben estar enfocados a la fase de rotación, puesto que si no recibimos, no jugamos. Sí o sí deberán recibir el saque, armar desde la recepción y atacar desde la levantada. Ocasionalmente defenderán y construirán el ataque en contraataque. Dentro de esta fase del juego se debe respetar la “universalidad” para entrenar en las propuestas de enseñanza: todos deberán aprender los distintos roles y jugar en todas las posiciones y de a poco ir entrando en la especialización, tanto funcional como posicional. El entrenamiento de la fase de defensa puede tener lugar en los ejercicios globales, a medida que cada uno de los equipos se encuentra defendiendo. Una de las tareas importantes del entrenador en esta sub etapa será tratar de detectar el rol y la posición en la que cada joven jugador se sienta mejor y protagonista en el interior del equipo. Lentamente y, evitando la especialización precoz, deberá individualizar los levantadores, los que siempre están dispuestos a recibir, los centrales entre los que sobresalen en bloqueo, etc. En la segunda los contenidos deberán enfocarse a la fase de defensa y a consolidar la fase de rotación, pero sin abandonar una buena parte de tiempo de universalidad en los entrenamientos. En realidad, es una tarea compleja: enseñar la técnica a todos, a la vez de realizar un trabajo diferenciado y específico para los diferentes roles en relación al juego11, durante los dos o tres entrenamientos semanales que disponemos. Se trata en otros términos de encontrar el equilibrio entre la no especialización a ultranza y por otro lado la especialización, pero entendida como la individualización y el desarrollo de las cualidades técnico-tácticas en las cuales pueden sobresalir en el futuro. Una de las estrategias para llevar cabo los objetivos planteados es hacer jugar muchos partidos a nuestros jóvenes, en los cuales puedan desempeñar sus incipientes roles y funciones. Esto es, no solo jugar el torneo oficial sino organizar partidos amistosos, jugar torneos abiertos, campeonatos colegiales, etc. 7 Avalle S. Op. Cit. 8 Famose J.P. Op Cit. 9 Fotia J. La comunicación en el Voleibol. Disponible en www.rfevb.com 10 Velasco J. Op. Cit.
SINTETIZANDO El profesor o entrenador de la primera fase debe ser un “animador”; no es necesario que sepa de estadística o de sistemas avanzados de juego, pero sí de cómo atraer chicos y chicas al gimnasio, de como hacer divertidas las clases- lograr que los niños no quieran faltar- (hoy en día estos especialistas son difíciles de encontrar), y de cómo enseñar el golpe de arriba y de abajo. En cambio, el profesor o entrenador de la segunda fase debe seguir proponiendo entrenamientos divertidos, además de poseer acabados conocimientos acerca de la comunicación verbal y no verbal, de las técnicas de motivación, de la organización de los entrenamientos, de las técnicas específicas, de las estrategias y de las tácticas del voleibol (del nivel en el que se encuentra y del nivel superior), como así también de los principios generales de la preparación física con jóvenes. Como ya dijimos, en esta fase más que en las otras la motivación influencia el esfuerzo y la calidad de la actuación, y por ello el diseño de tareas de entrenamiento debe cumplir con este objetivo, además de tener una alta transferencia al juego. Según MacGown12, “un ejercicio que funcione” debe tener las siguientes características: o ser competitivo, o tener un objetivo claro, o ser lo más parecido al juego como sea posible, o involucrar a tantos jugadores como se pueda (“nadie fuera mas de dos minutos”), o favorecer las repeticiones para dar informaciones individuales, o ser simple, o tener metas cuantificables. Por otra parte, de acuerdo con Viscusso13, un entrenamiento debería tener estas características: “ 1) DIFICULTAD: organización de las tareas para que sean siempre mas difíciles respecto al juego (énfasis) 2) ESPECIFICIDAD: referencia de las tareas a la especificidad propia de los roles y de los problemas particulares (diferenciación) 3) MODULABILIDAD: elección de las cargas de trabajo de modo específico, ya sea para el rol o para el período de referencia. 4) COMPETITIVIDAD: educar al jugador a buscar la competición con sí mismo y con los otros (respetando las reglas) 5) ANALOGÍA: respeto de las situaciones reales de juego y del nivel (modelo de referencia) … respetar estos principios: 1) FEEDBACK (información): se favorece con el refuerzo (verbal, práctico, visual), la corrección técnica y táctica (verbal y práctica) y las relaciones de importancia (reconocimiento) 2) REPETICIONES: se garantizan a través de la inmediatez de intervención (corrección), el número; las consecuencias y la afinidad con la situación a repetir. 3) TRANSFERENCIA: para obtenerla es indispensable la mayor analogía posible con la competencia, la necesaria especificidad técnica (rol), una suficiente tensión agonística, el empeño emotivo y la dificultad. 4) RITMO: consiste en el ritmo de entrenamiento adecuado al modelo de referencia (trabajo orgánico sobre umbral anaeróbico, velocidad, atención, nivel de ejecución técnico-táctica, etc.) 5) CLAVES: son las prioridades, los conocimientos de causas de las situaciones que se enfrentan, los objetivos personales y generales. Y subdividirse “lógicamente” en estas fases, con los siguientes objetivos: 16 Paolini M. “Allenare Gli Ander 16”. Disponible en www.pallavolotech.it 17 MacGown C. (2000). Building a Winning Team. Allyn and Bacon. 18 Viscusso R. “Volley 2000, Guida sintética per gli allenatori”. Disponible en www.Pallavolotech.supereva.com |
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