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DIEGO GUTIERREZ por Marcos Pelayo

26/10/2017

Comentarios

 

​“Estaría bueno tener un River-Boca en la Liga”

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El armador del Millonario, con 41 años de edad, está muy cerca de retirarse de la actividad y hoy está disfrutando más que nunca del vóley. Con la ilusión de dejar todo por elenco de Núñez, anhela por un Superclásico y analiza qué se debe modificar para que la Liga Argentina esté cada día mejor. El pasado por Europa, la Selección, el campeonato obtenido en la temporada ‘98/99 y su momento actual en la Banda son temas a tocar entre otras cuestiones.
 
-Me imagino que estás feliz por estar en tu casa que es River, donde te consagraste campeón hace mucho tiempo atrás.
-Sí. Comencé a jugar en el club y casi 30 años después seguir vistiendo la remera de River es algo que desde cuando era chiquito nunca me hubiese imaginado estar en este momento.
-En un momento te habías retirado del vóley en 2012. Si en vez del Millonario te hubiera ofrecido otro equipo la oportunidad de integrarte al plantel, ¿habrías querido de todas maneras participar?
-Sí, en el 2012 no empecé a jugar la Liga en UNTREF. Me dediqué a hacer otras cosas, pero siempre continuo al vóley, nunca paré de entrenar. Siempre seguí jugando por elección mía. Ahora lo hago por cuestiones laborales, pero siempre estuve relacionado con el vóley. Después continué jugando en el Vóley Metropolitano, pero en La Liga estuve cinco años sin jugar. Ahora estoy jugando porque se dieron las cosas y volví a River en 2015. En la Liga A2 estaba contento porque eran torneos cortos. Pero ascendimos y estoy jugando la A1 una vez más.
-Fuiste muy importante porque formaste parte del equipo en el ascenso, haciendo historia en River una vez más, a parte que para vos no es una presión porquedisfrutás del vóley.
-Sí, hoy estoy disfrutando. Semanas atrás no, me salió una orzuela y estábamos viendo si clasificábamos o no a los Play-Off. Lo disfruto, pero se siente, se vive y se sufre también.
-Estando ahora en el actual plantel, habías declarado que las cosas cambiaron y que sobre todo se perdió el respeto. ¿Les aconsejás cosas a tus compañeros? ¿Cuál es tu rol hoy dentro del plantel?
-La verdad, no di ningún tipo de consejos y es algo que lo estoy analizando. Acá en River hay un cuerpo de psicólogos, cada 15 días voy y toco mucho ese tema. No sé si es falta de respeto, pero las cosas cambiaron. Está todo más al alcance. No decir sacrificio. Nunca me sacrifiqué jugando al vóley porque es algo que me gusta hacerlo. Sí quizás es hacer un esfuerzo, pero un sacrificio no. Ahora todo está más sencillo, no hay tanto esfuerzo y hay cosas en el vóley que se van perdiendo. No sé cómo llamarlo, pero es algo que no se hace mucho. Antes me acuerdo que me quedaba entrenando en tres turnos y cuando me llamaban a la primera estaba contento. Hoy quizás, a los chicos los tenés que desconectar un poco para que entrenen o jueguen. También cuando era chico venía a ver a la Primera y hoy veo juveniles que les tenés que decir que vengan a apoyar al plantel superior. Cuando iba a ver los partidos, era una motivación al ver un equipo superior, era trasladarme y tener un motivo para entrenar porque quería estar ahí. Hoy en día no veo muchos jovencitos que vengar a ver la campaña.
-Aun así, me imagino que estás bien, no sentís mucha presión e imagino que la forma de trabajar es tranquila.
-Sí, es más tranquila. Acá me gusta entrenar porque me gusta venir al club. Ahora entrenamos un turno solo, pero a veces a la tarde me vengo a dar una vuelta. Lo tomo como el patio de mi casa. Paso mucho tiempo acá en River, que en otras ligas y en otros equipos no sentía las mismas ganas de ir.
-Saliste campeón con El Millonario en la Ligadel ’98/99, un equipo que dirigía Marcelo Méndez y en el que vos eras un referente muy importante, ¿qué era lo que tenía ese equipo que le ganó al Club de Amigos para consagrarse?
-Ese equipo era un grupo que venía jugando hace dos años más o menos, entrenábamos 12 veces, jugábamos Liga y Metropolitano. Ahora lo están haciendo mucho los equipos, sobre todo Lomas, que arregla los jugadores por Metro y Liga. Nosotros veníamos haciendo eso hace 20 años atrás. No éramos un equipo nuevo que se armaba y traía jugadores, éramos una base de grandes con dos extranjeros,que nos dieron muchos resultados.
-¿Y qué pasó con ese proyecto que se cayó?
-Con eso seguimos hasta el 2003 y yo me fui a Europa, después se fueron otros jugadores y Marcelo Méndez se fue. Yo pienso que él tenía mucha espalda para llevar el equipo. Hoy en día es catalogado uno de los mejores entrenadores del mundo. Algo desde aquel entonces ya estaba ejerciendo.
-Con el Sada Cruzeiro ganó siete Campeonatos Mineiros consecutivos.
-Sí, también estuvo en España. Gran parte del éxito era cómo comandaba Marcelo Méndez.
-¿Qué palabras tenés para definir a este gran entrenador y también a Fabián Armoa, que dirige en UPCN?
-Yo siempre que me lo cruzo a Fabián le digo “Muchas gracias” porque me llevó a jugar en UPCN y en la Selección. Con Marcelo ya es otro tipo de sentimiento. Lo conocí desde muy chico y fue mi primer entrenador. Entonces, no tengo palabras para describir el sentimiento que tengo hacia él y su familia. Si Dios quiere este Metropolitano puedo jugar con el hijo, con Nico. Lo vi nacer y jugar con él es algo lindo.
-Hablaste de entrenadores, pero no de jugadores. ¿Cuáles tenés como referente?
-No tengo un jugador que sea como referente. Quizás cuando era chico miraba mucho al armadorMaurício Lima de la selección brasileña o a Raúl DiagoIzquierdode la selección cubana. Ahora me gusta mucho el punta francés EarvinN’Gapeth. Ésos son los que me gusta ver jugar.
-Vos estuviste en Europa y jugaste en las ligas de Francia, Portugal y Alemania. ¿Cuál de éstas te gustó más?
-Todas me gustaron. Alemania fue la primera. Fue un clic en mi vida, donde más crecí como persona. Después pasé por la liga francesa, la más competitiva y la de Portugal fue donde me gustó el lugar. Fue una experiencia hermosa.
-¿Qué diferencia ves entre nuestra liga con las de Europa?
-Las ligas allá están recontra bien organizadas. La organización después de estar seis años allá y venir acá es un cambio muy importante. En Europa es muy importante el tema organizativo y federativo que acá mucho no comparto cómo se maneja la cosa. Acá La Liga es más exigente y más costosa porque tenés que transportar una delegación de 20 personas a miles de kilómetros y eso es viajar 18 horas en colectivo, es más pesado.
-¿Vos creés que la Liga Argentina ya dio un salto de calidad, está a punto de darlo o le falta?
-La Liga viene creciendo mucho, pero para darle un salto de calidad le falta. Vos ves todo lo que pasa en la AFA, a menor escala pasa en todas las federaciones y asociaciones. Pienso que el deporte no da un salto de calidad importante y creo que falta mucho. Ahora se está realizando una asociación de jugadores, que va a hacer bien porque pienso que tienen que respetar más a ellos que son los verdaderos protagonistas. Hay veces que no estamos en las mejores condiciones.
-No hay que olvidarse de lo que le pasó a Pilar Vóley, que por una cuestión de presupuesto y de no poder pagarle a los jugadores no jugó la A1 esta temporada.
-Una liga para que sea importante tiene que haber un descenso. Para que sea serio, vos tenés que saber quién va a jugar el año que viene y hasta último momento no sabés quién juega, si van a ser 12 equipos, 10, 9 u 8. Entonces, para mí a eso le falta un poquito más de seriedad. Hay equipos como Gigantes del Sur que cobraron dos meses nomás y después van los jueces y les pagan todo el mismo día. Hay supervisores que controlan todo si está en orden y esas personas ganan más que compañeros míos. Falta mucho para que sea una liga seria y profesional.
-¿Y hace falta que equipos como Boca, San Lorenzo y Vélez, que se desempeñan en el vóley femenino, estén en el masculino?
-River es un club que ya jugó muchas ligas, jugó la A1 y después estuvo ausente por diferentes motivos. Lo que tiene un club es sentido de pertenencia. Vos vas con la deRiver y en los lugares a donde vas, hay una remera de River. Lo mismo pasará con Boca y San Lorenzo y eso es otro marco que le da la Liga. Por ejemplo, las finales femeninas San Lorenzo-River. Fui a ver el partido a San Lorenzo y había un marco enorme en el que, si jugaran un equipo municipal contra otro, no creería que fueran de corazón, lo harían porque les pagan los micros. En el interior, pasa más.
-E imaginate una Liga entre equipos como UPCN y Bolívar de la máxima elite con un Superclásico, ¿qué condimento le daría a la Liga?
-Estaría bueno tener un River-Boca en la Liga. Cuando estuve en el extranjero, jugaron los dos equipos simultáneamente en la A1. Estaría bueno porque siempre tiene un color especial.
-Según el medio “O Tempo” de Brasil, cuando estaban UPCN y Bolívar disputando el Mundial de Clubes allí, hicieron un informe sobre que el clásico del vóley, UPCN-Bolívar, rivaliza con el del fútbol, Boca y River. ¿Se puede comparar o es algo único?
-No, no tiene nada que ver. El de vóley está bueno porque chocan las dos potencias. Hoy es como una final, dependiendo de ese partido influye en su futuro. Esos equipos pierden dos o tres partidos y cambian los jugadores. Traen a Demián González, sacaron a Axel Jacobsen, al italiano Valerio Vermiglio. Tienen poca tolerancia, no sabes qué puede llegar a pasar. Jugarlo, estar dentro de la cancha sí, pero afuera… No sé cómo es un River-Boca como jugador. Para el jugador hay una tensión, pero para el espectador no hay comparación. Mirá si un River-Boca es un Play-Off en el fútbol, no existe, pero imaginátelo.
-En la Copa Libertadores han jugado semifinales y como es eliminación directa, siempre tiene mucha tensión.
-Y sí.
-La Selección Argentina ha ido creciendo mucho. Vos formaste parte del equipo del 2004, donde salió quinto en los Juegos Olímpicos de Atenas. ¿Qué crecimiento notaste desde aquel momento hasta ahora con Julio Velasco?
-No analizo mucho a la Selección. En aquel momento estaba Marcos Milinkovic, pero ahora hay jugadores como los dos armadores que están a nivel top-mundial. Faltaría quizás algún jugador más que se sume a esa elite, sobre todo algún opuesto. Los últimos Juegos Olímpicos fue un placer ver a los jugadores representar y sentir a la remera de la manera que lo hicieron. Todo eso es lindo cuando pasa eso y que la gente esté pendiente. Hace muchos años atrás había más popularidad en el vóley, ahora eso quizás bajó un poquito. Solamente en los Juegos Olímpicos ves un poco más de fanatismo. Pero hubo una Selección que movilizó mucha gente, después se cayó un poquito y ahora está surgiendo nuevamente.
-Y esta Selección que lo dirige un gran entrenador como lo es Julio Velasco, que ha pasado por muchos equipos a nivel internacional, ¿qué le faltaría para estar entre los mejores?
-Para mí le faltaría un gran opuesto. Lo que veo en esta Selección, es que el entrenador es un gran motivador y un gran estudioso. No conozco mucho la intimidad del equipo, pero El Loco sabe mucho, es un gran orador y es un sabio. Si el jugador puede usar esas palabras y le entran y puede movilizar algo, para mí esa es una gran diferencia que puede hacer.
-¿Y puede llegar a ganar torneos importantes con el paso del tiempo?
-Yo pienso que lo puede meter en una semifinal o en una final. Lo que sí es difícil sostenerla en el tiempo como lo hizo la Italia de Velasco en los ’90 o en la última década Brasil. Pero es difícil sostenerla porque necesitás una gran base de jugadores. Quizás en unos Juegos Olímpicos, a los cuatro o cinco años tenés que ir renovándolos. Ahora estamos con una buena camada y para poder llegar a un nivel así, tiene que haber por lo menos tres o cuatro jugadores de primer nivel en cada puesto. Pero Argentina siempre está para dar el batacazo. 
-Ya estás culminando tu carrera como jugador, ¿has pensado qué hacer después del vóley? ¿Te gustaría ser entrenador?
-En un momento me quise alejar completamente del vóley y empecé a hacer otras cosas. Sé que, si no vivo del vóley, tengo herramientas para hacer otras cosas. Una vez hablando con un conocido, después de estar tanto con el deporte, me dijo que es una pena no utilizar esa experiencia. Me siento cómodo y solamente ligado voy a seguir estando. Para mí el mejor lugar para estar con el deporte es dentro de una cancha. Es difícil sostenerlo con el tiempo cuando tocás los 40 años, pero ser entrenador de alto rendimiento no me llama la atención, sí quizás de más chicos me gustaría armar una escuela o hacer algo relacionado con el vóley desde esa parte. Pero no pienso ser entrenador. Igual no lo descarto, pero no lo tengo en mis planes.
-De todas maneras, sabiendo que estás en la culminación de tu etapa en River, ¿hasta dónde te gustaría llevar al Millonario, sacarlo campeón de vuelta o no hay un objetivo en meta todavía?
-Consagrarse campeón lo hacen muy pocos. Hoy en día en la Liga Argentina es muy difícil hacerlo con River porque de un año para el otro es muy complicado llegar a la gloria. No busco dejarle nada, no pienso en eso. Sí hacer lo mejor posible mi trabajo, pero ni busco sacarlo campeón. Ya ascender a la Liga A1 para mí es algo súper valioso y súper lindo. Pero no es algo que pongo en mis metas, se fueron solas las cosas como la mayoría de mi carrera.
-Entonces lo que queda ahora es disfrutar.
-Sí. Si te comportás bien y no le hacés mal a nadie, las cosas vuelven, lo mismo que si te mandás macanas…
-Y a lo largo de tu vida como jugador, ¿te arrepentís de algo?¿Hay algo que te hubiera gustado haber hecho y no lo pudiste hacer?
-En esta Liga, me arrepiento de quejarme mucho. Estar en los Juegos Olímpicos no era mi súper objetivo. De repente entrenando, jugando al vóley y divirtiéndome, me llegó la convocatoria y después se dieron algunas más que me permitieron viajar a Atenas. Hoy en día lo supervaloro y en esos Juegos Olímpicos recién ahí tomé la magnitud del lugar en donde yo estuve hace casi 10 años atrás, pero en el momento en el que estuve jugando no estaba con los pies sobre la tierra y lo tenía que haber valorado más. 

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